BUSCAR EN GESTIONURBANA:

Introduce tu e-mail:


Webs de Turismo:

Descubre cómo es el principado de Andorra en esta guía de turismo, ocio y hoteles.

Conoce cómo son las Islas Afortunadas en www.visitarcanarias.com, una complejta guía de turismo, ocio y hoteles en Canaria.

Si quieres viajar a la capital de los Países bajos prepara tus vacaciones en visitaramsterdam.com.

Descubre Cuba en Visitar Cuba, una estupenda guía de turismo y cultura cubana.

Planea con todo detalle tu viaje a la República Dominicana desde visitarepublicadominicana.

No dudes en Visitar Costa Rica y disfruta de unas vacaciones inolvidables rodeado de la naturaleza más sorprendente de Centro América.


Anúnciate en GestionUrbana.es



La recompensa que desmotiva.

Un hombre mayor vivía sólo en las afueras de un pueblo. Estaba considerado un excéntrico. A los chavales del pueblo les gustaba reunirse ante la puerta de su casa cada día, para lanzarle insultos y pisotear las flores de su jardín.

“No gritáis  suficientemente fuerte ni sois sois suficientemente groseros”, les dijo un día. “Mañana os daré un euro a cada uno si gritáis tan fuerte  como podáis  los peores insultos que se os ocurran”.

Los niños se mostraron encantados. Al día siguiente llegaron pronto y profirieron a grito pelado sus peores insultos. El hombre salió por la puerta y les dijo, satisfecho: “No está mal. Volved a repetirlo mañana y os daré 50 céntimos a cada uno”.

Los muchachos pensaron que seguía siendo un trato interesante, por lo que, al día siguiente, volvieron puntualmente con sus insultos. Otra vez salió el hombre, quien esta vez les dijo: “Excelente. Volved mañana si queréis, pero sólo podré daros 5 centimos a cada uno”.

«¿Sólo 5 céntimos?”, exclamaron. “¡Ni hablar!”.

Jamás volvieron a molestarle. Tal vez fuera un excéntrico, pero, sin duda, aquel hombre no era ningún tonto.

 Hasta aquí este cuento que sólo pretende hacer ver que ofrecerle a alguien como recompensa algo que no valora, difícilmente podrá motivarle. Una recompensa no tiene más valor que el que el posible receptor piense que tiene. Es curioso, pero no suele suceder que los jefes se tomen la molestia de averiguar qué es lo que valora cada cual.

Así les/nos luce el pelo: Si no sabemos que valoran los demas, no sabemos que les motiva.

Vía alcgestionempresarial.com

Comentarios

No se puede comentar este artí­culo.